Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

miércoles, 15 de agosto de 2012

Estudian el modelo bioclimático de una bodega fermosellana. Fermoselle, Zamora.


La bodega comunitaria de El Pulijón, de Fermoselle, y otro edificio de la localidad de Gáname serán dos de las construcciones que monitorizarán los responsables del proyecto Biourb, que ayer fue presentado públicamente en el Centro Cultural de Trabanca. Es un proyecto enmcarcado dentro del Programa de Cooperación Transfronteriza España-Portugal, que se desarrolla con el apoyo de la Unión Europea y con la financiación del Feder y de Pocctep.

El proyecto se desarrolla por el territorio transfronterizo de Castilla y León y norte de Portugal y se han catalogado un total de 85 edificios pertenecientes a 26 poblaciones. Con la monitorización de los edificios se obtendrán datos sobre la temperatura, la humedad y otros parámetros de diferentes puntos y las conclusiones servirán para aplicar al arquitectura moderna.

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El proyecto es liderado por el Ente Regional de la Energía de Cala colaboración del Ayuntamiento de Trabanca, la Cámara municipal de Mogadouro, la Fundación Cidaut, la Cámara municipal de Braganza y el. Se pone de manifiesto que «en el contexto actual se está exigiendo un cambio de modelo constructivo orientado a la minimización de la demanda energética de los edificios y los núcleos urbanos». Es en base a este criterio a que se pretenda «incentivar la construcción de edificios más eficientes y la rehabilitación de edificios para consumir menos energía». Los responsable de Biour han observado que las construcciones de Arribes conlleva tal eficiencia energética y consideran «posible identificar y estudiar el funcionamiento de las soluciones bioclimáticas tradicionales y aplicarlo a la rehabilitación y arquitectura moderna». Ven posible, además, «crear nuevos procedimientos de certificación que incorporen criterios de minimización de demanda energética por parte de los edificios». La presentación corrió a cargo de los arquitectos Pablo Farfán y José Luis Estella, la representante del Eren, María del Puy y del técnico del Instituto de la Construcción de Castilla y León, Felipe Romero.

Un proyecto europeo redescubre el ahorro energético de la casa tradicional.
El Pulijón
Uno de los ejemplos elegidos es la bodega subterránea comunitaria El Pulijón, en la que los vecinos pueden celebrar el Fin de Año, el 31 de diciembre, donde se produce una refrigeración por geotermia gracias al sistema tradicional de albañales, que combina fuentes, aljibes, neveras, e incluso la humedad de las emanaciones de la roca. Al evaporarse el agua por un sistema de ventilación, se refrigera la bodega.

Además será monitorizada una vivienda construida en Gáname en 1870, en la que el calor de la chimenea recuperadora ya se conducía por un sistema de radiadores en invierno, además de provocar el efecto de un invernadero con una galería acristalada orientada al sur. «Con un par de días de chimenea, la casa mantiene una temperatura constante gracias a que el calor se almacena en los muros», continúa el arquitecto, para quien «hay que volver a construir con masa térmica».

Pues bien, durante un año, tanto la bodega como las viviendas serán monitorizados con medidores de humedad y temperatura, de la velocidad y la dirección del viento en la zona. Después, el Cidaut se encargará de modelizar los datos obtenidos a través de programas informáticos de certificación energética. «Una vez que se analicen los principios físicos que rigen la arquitectura tradicional con las nuevas herramientas y los programas de cálculo, es decir, una vez que se pongan los números, se logrará esa misma eficiencia del pasado con las comodidades del presente»


Imágenes interior bodega.

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